En esta primera parte sobre nuestro viaje a Lanzarote, vamos a hacer un recorrido por los pueblos con más encanto de la isla, aquellos que estan alejados de los grandes núcleos turísticos, donde se respira la verdadera esencia isleña.
Caleta de Famara y su playa de olas infinitas
Este pequeño pueblo situado al norte de la isla nos conquistó por completo desde el minuto uno. Aquí pasamos una mañana paseando tranquilamente, tomando unos zumos naturales en el chiringuito del pueblo y corriendo por su bonita playa llena de olas.
Quedamos enamorados de sus calles solitarias cubiertas de arena, de sus lugareños increíblemente amables y del sonido fuerte de las olas del mar. Aquí parece que el tiempo se ha detenido y te invade una sensación de profunda libertad.
El golfo y Tinajo, los pueblos colindantes a montañas de fuego
Ambos pueblos los visitamos de paso, pero nos dejaron unos paisajes muy bonitos para el recuerdo.
El golfo lo visitamos al acabar nuestra visita al Timanfaya, ya que se encuentra a escasos diez minutos en coche. Nos acercamos a conocer su famosa laguna de color verde frente a una playa de arena negra.
La población de Tinajo representa perfectamente la bonita arquitectura de la isla. Un montón de casitas blancas, con sus portones de madera, todas envueltas por las montañas y volcanes del parque nacional de Timanfaya.
Arrieta y las piscinas naturales de punta mujeres
Al igual que en Caleta de Famara, aquí pasamos todo el día disfrutando del encanto de sus calles, de su gastronomía local y de sus piscinas naturales de agua cristalina. Aquí nos comimos unas tradicionales papas con mojo picón, probamos las lapas (molusco típico de la isla) y un rico arroz marinero en el restaurante la Nasa.
En Arrieta, disfrutamos de esta espectacular piscina de agua natural cristalina, donde estuvimos avistando cangrejos, caracolas y ¡hasta gambas!
La Geria, sus bodegas y viñedos
En esta zona es donde se localizan las extensiones de viñedos y donde se produce el vino de la isla, yo que provengo de una zona vinícola, me gustó mucho ver la gran diferencia de paisaje que hay respecto a la península.
Nos quedó pendiente visitar alguna de sus bodegas y hacer una degustación de vinos, ¡nos lo dejamos apuntado para la próxima!
Teguise y su mercadillo de los domingos
Teguise, la que fue capital de Lanzarote, antes que Arrecife, es uno de los pueblos más extensos de la isla, en ella destaca la torre de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual se divisa desde la carretera de llegada.
Esta pequeña población acoge todos los domingos uno de los mercadillos más populares de la isla, en el que se venden productos típicos como vinos y quesos del gofio y también artesanía local y creaciones hechas con lava pulida.
En nuestro caso huimos de los pueblos más turísticos, donde se concentran todos los hoteles y resorts (como son costa teguise, puerto del carmen, playa honda y Arrecife) Lo que si visitamos fue la zona de playa blanca, pues nuestro hotel quedaba cerquita y nos acercamos a conocerla.
Como habréis podido apreciar, nos hicieron varios días de viento y nubes, pero aun así disfrutamos muchísimo de la isla. En el próximo post, os enseño la parte II: las atracciones turísticas y las playas que visitamos.
Hasta entonces, ¡disfruten!
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